La mediación, en términos generales es un mecanismo de solución de conflictos a través
del cual un tercero ajeno al problema interviene entre las personas que se encuentran
inmersas en un conflicto para escucharlas, ver sus intereses y facilitar un camino en el
cual se encuentren soluciones equitativas para los participantes en la controversia. Es el
intento de poner fin a una diferencia a través de la participación activa de un tercero que
recibe el nombre de mediador, quien trabaja para encontrar puntos de consenso y hacer
que las partes en conflicto acuerden un resultado favorable.
En estos casos, el tercero neutral elegido no tiene ninguna calidad especial según la ley y
sus propuestas no son de obligatoria acogida, reduciendo su función a buscar una
solución aceptable para las partes.
La Mediación Intercultural es un proceso, propio, autocompositivo de resolución de
conflictos, voluntario, confidencial, gratuito y seguro, que permite transformar
pacíficamente los conflictos interculturales procedentes de un interés colectivo en tensión.
Por lo tanto, la mediación intercultural es un mecanismo que favorece los lazos de
interacción socio-cultural, a través del diálogo como estrategia comunicacional. No es una
fórmula, ni un conjunto de pasos acumulativos, es un proceso que busca restablecer las
relaciones entre los colectivos culturales y que se desarrolla de acuerdo a como las partes
acuerden las reglas de juego y los procedimientos.
En este escenario, el mediador o equipo de mediación intercultural, interviene de manera
voluntaria y gratuita, pero no decide las reglas de juego o procedimiento de la mediación
intercultural o cuál de las partes tiene la razón. El mediador o equipo de mediación no
impone sus decisiones a los colectivos culturales en conflicto; es más bien, un ejercicio de
acompañamiento a las partes para que en un ambiente confidencial, seguro y libre, y de
manera dialógica, diriman sus diferencias en relación con los intereses en conflicto y lo
transformen de manera creativa, pacífica y restaurativa, privilegiado la interculturalidad.
Finalmente, lo que el mediador intercultural buscará es que, a partir de la autonomía de la
voluntad, las mismas partes en conflicto elaboren soluciones que satisfagan sus intereses
colectivos, sin negar los intereses de la contraparte.