La mediación, en términos generales es un mecanismo de solución de conflictos a través
del cual un tercero ajeno al problema interviene entre las personas que se encuentran
inmersas en un conflicto para escucharlas, ver sus intereses y facilitar un camino en el
cual se encuentren soluciones equitativas para los participantes en la controversia. Es el
intento de poner fin a una diferencia a través de la participación activa de un tercero que
recibe el nombre de mediador, quien trabaja para encontrar puntos de consenso y hacer
que las partes en conflicto acuerden un resultado favorable.
En estos casos, el tercero neutral elegido no tiene ninguna calidad especial según la ley y
sus propuestas no son de obligatoria acogida, reduciendo su función a buscar una
solución aceptable para las partes.
La Mediación Comunitaria es un mecanismo de solución alternativa de los conflictos que
mediante la intervención de un tercero facilitador llamado mediador, permite la prevención
y abordaje de las diferencias cotidianas a través del diálogo y especialmente de las
relaciones fundamentadas en el reconocimiento, el respeto por el otro y la convivencia
pacífica; es una práctica que emerge de las dinámicas y pautas de interacción al interior
de las comunidades para el abordaje directo de los conflictos, sin la necesidad de acudir a
instancias institucionales y con base en sus saberes, costumbres y la confianza y
reconocimiento mutuos.
Se realiza a través de escenarios democráticos, participativos y organizativos, tales como
juntas de acción comunal, comités, asociaciones, redes sociales y/o emprendimientos de
base comunitaria. Se desarrolla como un proceso al cual acuden voluntariamente las
partes que buscan construir un acuerdo por medio del diálogo dirigido por el mediador
comunitario, quien facilita el acercamiento, el consenso y el posterior acompañamiento al
cumplimiento de lo pactado.